dilluns, 22 de desembre del 2014

Tal vez seamos naúfragos.


Y tal vez seamos naúfragos,
o unos zapatos naúticos,
bonitos, azules, nuevos,
recién estrenados, veloz,
como éste velero que corta,
el viento y las luces, besos, tu boca,
y tus palabras atrapa en su vela,
mientras me cuidas a mi vera.

Y tal vez seamos olas,
y nos ansiosos devoremos,
mutuamente, voraces,
como tu boca a mi boca.

O tal vez seamos nubes,
o simplemente viento,
que arrastra mi velero,
a través del mar fúnubre.

En cuyo interior guarda secretos,
y muertos y cadáveres,
y huesos, huecos, calaveras,
dolor, anhelos, deseos.

Pero a pesar de que éste mar,
es infierno y cementerio,
a pesar de ser él mi muerte,
a pesar de ello, lo anhelo.

A pesar de que su veneno,
corre por mis venas,
yo lo deseo, deseo.

Deseo al mar, y a su ancla,
desanclada cuando morimos,
a pesar de que mi corazón,
se haya cansado de naufragar.

A pesar de que mi corazón,
se encuentre varado.
A pesar de que mi corazón,
se encuentre en el fondo del mar.

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