''Pienso mucho pero digo poco.''
Ana Frank escribía esta frase en su diario, y años después siento que puedo aplicármela a mí misma. Nací en 1999 en Barcelona, ciudad de la cual he estado siempre enamorada. Vivo constantemente en mis historias, en mis versos, en mis ideas. Como bien dice la cita, hay mucho en mi cabeza, pero me cuesta decirlo en voz alta. Siento que sé expresarme mucho mejor por escrito.
Empecé a escribir cuando tenía nueve o diez años. Acabé mi primera novela unos días antes de cumplir los trece, y desde entonces no he parado de escribir. Llevo tres historias escritas, una en proceso, ¡y las que vendrán! Mi cabeza es una fábrica de crear historias que no hace más que echar humo. A veces mis dedos no pueden escribir tan rápido como me gustaría todo lo que pasa por mi mente.
Soy tímida por naturaleza. No me gusta ser el centro de atención, pero me gusta que se reconozca aquéllo que es mío. Soy analítica, y me preocupo en exceso. Perfeccionista, mi única meta es conseguir ser mejor de lo que soy ahora, siempre aspirando a llegar más arriba (tan perfeccionista, que muchas veces me resulta un problema). Realista. Sé qué es a lo que puedo aspirar y a qué no, pero eso no me impide ser un poco soñadora e imaginar qué podría llegar a conseguir.
Vivo enamorada de la historia, sobre todo la del siglo XIX y XX. Me apasiona saber sobre nuestros antepasados, todo lo qué ocurrió y el por qué. Soy curiosa de nacimiento, para mí todo tiene que tener una explicación.
Apasionada con la política. Por la misma razón que me gusta la historia, porque me gusta saber qué pasa a mí alrededor y por qué pasa (y si todo va bien, será la segunda carrera que cursaré. Cuando llegue el momento). La política me interesa especialmente porque es uno de los motores más importantes de nuestra sociedad. ¿Qué haríamos sin la política? (Y no. El anarquismo es una utopía.)
Escribo poemas a modo de diario. La gran mayoría de ellos son autobiográficos, así que colgarlos aquí será abrirme al mundo. Espero que os gusten.
